Pokemon: Sapphire - Game Freak, Junichi Masuda. (2003)

Fue un juego sólido, pero era bastante difícil igualar lo que lograron Oro y Plata. Esos dos redefinieron completamente lo que un juego de Pokemon podía hacer, y sonará a lugar común, pero auténticamente creo que son de lo mejor de la serie, y este, como su sucesor, en una nueva consola... siento que no llenó esos zapatos. Pero tal vez era su intención, porque en lugar de dar el siguiente paso en la franquicia y transformarla completamente, siento que este juego se dedicó más bien a pulir las innovaciones de sus antecesores y hacer una experiencia más sólida en general. Creo que lo que hace mejor este juego que cualquier otro es construir un mundo más vivo, dinámico y colorido de lo que había en la saga hasta ese momento. Es una región completamente nueva, sin conexión a ninguna de las anteriores, con muchísimos pokemon nuevos y únicos, que cuenta con áreas de playa, de bosque, desierto, y mucho, mucho mar. Además de eso está lleno de detalles y caminos que conectan toda la región de muchas maneras alternativas, con climas variados que cambian las batallas, y todo esto combinado con la potencia gráfica que proporcionaba el Game Boy Advance, junto con la historia que se siente más integrada en el juego y le da un significado y peso a todos tus avances resultan en una experiencia inmersiva y completa con el mundo, que completamente complementa el enfoque principal del juego de hablar del entorno y el mundo que nos rodea. Es muy divertido atravesar el mapa vibrante y lleno de vida, conociendo a todas las diferentes locaciones, es increíble el trabajo que hicieron para que cada lugar fuera único y distinguible con una sola mirada. Aparte de eso, todos los otros detalles nuevos en el juego decidieron irse a refinar el sistema de pelea y llenarlo de vida con las habilidades, el clima y las batallas dobles. Pero siento que su atención a detalles más pequeños puede ser un arma de doble filo, porque a momentos lo pueden convertir en algo un poco vacío, y sus innovaciones se siente más como pequeños detalles divertidos pero olvidables, como todo lo relacionado con los concursos de belleza, que son un mini juego moderadamente divertido, pero afectan tan poco a la historia y juego principal que apenas y los toqué, aunque sí ayudan a que se sienta un mundo más dinámico y lleno. En sí mismos son representativos  de lo que yo siento que es la mayor falla del juego; cuenta con muchas cosas nuevas y brillantes, pero ninguna transforma mucho la experiencia de juego de la misma forma que la amistad o los ciclos de día y noche en la entrega pasada, cosas que, además, están notablemente ausentes aquí. Además de todo eso, no fue la experiencia nostálgica que esperaba, probablemente porque nunca le dediqué mucha atención cuando lo jugué de pequeño, se sintió más como una experiencia nueva, y me hubiera encantado poder darle la atención ininterrumpida y enfocada que le di a Oro, pero el mundo tenía planes distintos. Pero a pesar de todo eso, sigue siendo una experiencia bastante buena, se nota la dedicación que el equipo tuvo para hacerlo una experiencia sólida y equilibrada, además de que todos los pokemon que introduce se ven MAGNÍFICOS, muchos de los que creo que serán mis pokemon favoritos de la vida estaban aquí; Absol, Gardevoir, Aggron, todos son muy increíbles, y es notable cómo también es una experiencia un poco más desafiante de lo normal, los combates de gimnasio son exigentes y requieren que hagas movimientos estratégicos y calculados, incluso cuando usas pokemon que son efectivos. En conclusión, es un juego más que sólido, sus únicas fallas se encuentran en un par de cosas superficiales y secundarias, pero es porque sus bondades y mayores aciertos se encuentran en detalles más pequeños y sutiles, que son los que la convierten en una experiencia muy decente de lo que es un juego de Pokemon.

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